A lo largo de la historia, las disciplinas médicas alternativas han buscado los mejores mecanismos para tratar a los pacientes sin abusar de sustancias o intervenciones innecesarias. Recuperando nociones de las teorías musicales de los antiguos griegos y de otras civilizaciones pasadas, las instituciones científicas han recurrido a la música para sanar dolencias físicas y malestares psicológicos y/o complementar tratamientos de distintas índoles. Hoy se conoce aquello como musicoterapia y cada vez goza de más adeptos en las múltiples ramas de la medicina.
Definicion
Aunque pareciera ser de sencilla comprensión, la musicoterapia reúne técnicas, procesos y objetivos muy complejos. Según la Federación Mundial de Musicoterapia, esta disciplina consta del uso de la música y sus varios elementos (armonía, sonido, melodía, ritmo) como un tratamiento monitoreado por un experto para un paciente o un grupo de ellos. Este procedimiento facilita y promueve el autoconocimiento de las sensibilidades humanas y así se generan mejores actos comunicativos, relaciones interpersonales, aprendizajes corporales dinámicos, expresiones y, sobre todo, se activa la organización y canalización de las necesidades físicas, psicoemocionales, mentales, cognitivas y sociales.
Los grandes propósitos de la musicoterapia residen en desarrollar, potenciar y/o recomponer ciertas funciones psicoemocionales que el individuo ha ido perdiendo por distintas razones: accidentes, traumas, malos hábitos, etc. Así, esto conlleva a que la persona pueda sanear sus relaciones sociales y fortalecer su calidad de vida.
La Musicoterapia en el Barroco
Las primeras teorizaciones sobre la musicoterapia pertenecen a la Grecia Antigua. Filósofos como Pitágoras, Platón y Aristóteles expresaron la gran importancia que tiene la música en la vida de las personas y en su formación ética y espiritual. Se recurrió a explicaciones matemáticas, lógicas, psicológicas, astrales, etcétera, para dar a entender que existe un íntimo vínculo entre la música y el equilibrio psicoemocional del individuo.
La musicoterapia se constituyó gracias a la teoría del Ethos o también conocida como Teoría de los modos. Los griegos, en esta teoría, consideran que existen elementos de la música que provocan efectos determinados sobre la fisiología emocional de la persona, sobre su espíritu, su conciencia y su fuerza de voluntad.
En el Barroco se recuperaron estos fundamentos de la teoría del Ethos para desarrollar nuevos estilos musicales, siendo el más resaltante la ópera. Como bien se recuerda, se retomaron argumentos filosóficos de los griegos, demostrando la fuerte influencia helénica con el pasar de los siglos. En consecuencia, se comenzó a plantear teorías sobre los afectos y varios estudiosos de la música, durante el Barroco, buscaron las fórmulas más exactas para calar en las sensibilidades humanas, generando bienestar, placer, equilibrio, buen humor, etcétera.
Es el célebre caso del teórico jesuita Atanasio Kircher, nacido en Alemania, quien profundizó en todos estos postulados en su obra “Musurgia Universalis (o arte magna de los oídos acordes y discordes)” publicada en 1650. Aquí el erudito diseñó un cuadro sistemático con los distintos efectos que genera cada clase de música en el ser humano.
En el Barroco también emergió la figura del médico inglés Robert Burton, quien en 1621 publicó su alabada obra “The anatomy of melancholy”, donde teoriza sobre los múltiples poderes curativos de la música, empleando recursos médicos y filosóficos. Autores como Jacques Barzun consideran que aquí se estableció un gran antecedente de la psiquiatría.
Efectos Beneficiosos
Actualmente, importantes estudios han confirmado la necesidad de recurrir a la música para iniciar o complementar determinados tratamientos. Por ejemplo, la Universidad de California informó que temas como “Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi generan energía y buen humor en los pacientes. También se determinó que hay temas barrocos que pueden generar las mismas sensaciones nerviosas que la acupuntura. Como bien se define en el sitio web FitForBeach, ‘’la acupuntura se emplea para tratar dolencias, enfermedades crónicas y/o leves, buscando restablecer la energía corporal de la persona a través de cierto tipo de instrumentos como agujas especiales’’. Estas sensaciones de relajación y distensión también lo producirían la música de Bach, según estudios de la Universidad de Ohio.
Recientemente, a raíz de la pandemia, ciertas instituciones médicas han recurrido a tratamientos alternativos para buscar la rápida y eficiente recuperación de los contagiados. Entre estos métodos se halla la musicoterapia. En México, por ejemplo, algunos músicos están interpretando temas de Handel y Vivaldi en el Hospital de Ciudad Juárez para aliviar el estrés y las tensiones no solo de los enfermos, sino también del personal profesional.
En España ocurre un caso similar, pues numerosos hospitales, centros sanitarios, asociaciones y fundaciones, vienen incluyendo programas de musicoterapia entre sus tratamientos. Miguel Ángel Diví Castellón, coordinador en la Fundación Musicoterapia y Salud y musicoterapeuta, ha defendido el uso de la música en estos procedimientos sanadores porque considera “que esta terapia puede ser de gran ayuda para muchos pacientes con una gran variedad de patologías”.